En la madrugada del 16 de septiembre de 1976 “grupos de tareas” del Ejército y de la policía bonaerense allanaron los domicilios de diez jóvenes, considerados los dirigentes de la protesta y se los llevaron encapuchados y maniatados. Todos sufrieron torturas durante largos interrogatorios en comisarías y centros clandestinos . Seis de ellos, cuyas edades oscilaban en los 17 años, fueron fusilados al cabo de varias semanas y hoy integran las listas de los miles de “desaparecidos” de la dictadura militar. Se llamaban Claudio de Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Montaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro .
34 años después debemos manifestar nuestro homenaje a los jóvenes de aquél septiembre, reconociendo y reivindicando su lucha. Si bien es cierto que aunque estos tiempos son más "benévolos" en nuestro país, y sin entrar en comparaciones demagógicas, la protesta de los jóvenes de hoy cuando reclaman cosas que tienen sentido: edificios que se caen a pedazos, baños clausurados, escuelas calefaccionadas con caloventores, reivindica a aquellos protagonistas de lo que se dió a llamar "La noche de los lápices".
¡Por el derecho a la lucha de los justos reclamos de los jóvenes, futuros próximos trabajadores y constructores de nuestra patria, salud!
"Podemos pasar la goma para borrar el dibujo de un lápiz, pero nunca se borrará la huella que dejan sus trazos"
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